jueves, 23 de octubre de 2014

El Regreso De Cristo

EL REGRESO DE JESÚS

 Jesús está a punto de regresar y la Iglesia en general parece estar ajena al hecho. En la Iglesia de hoy, la profecía bíblica es descuidada, maltratada o despreciada. La mayoría de los pastores simplemente la ignoran como irrelevante o demasiado controversial. Muchos abusan de ella al espiritualizarla para que signifique lo que sea que ellos quieran. Algunos simplemente la descartan como galimatías sin sentido.
IRONÍA PROFÉTICA
La ironía es que todo esto es un cumplimiento de la profecía bíblica del tiempo del fin, señalando el hecho de que verdaderamente estamos viviendo en la época del regreso del Señor: “Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:3-4).
Solía pensar que esta profecía se refería a los incrédulos – pero a ellos no les podría importar menos el regreso de Jesús. Para ellos el concepto es un mito absurdo. Son los líderes cristianos los que se están burlando y mofando. Algunos son liberales que son cristianos sólo de nombre. Para ellos, la idea de que Jesús vuelve para reinar sobre el mundo durante mil años es una broma. Lo consideran tan ridículo como el nacimiento virginal o la resurrección. Otros son verdaderos creyentes que, o bien no saben nada acerca de la profecía bíblica, o bien tiene algún concepto pervertido de ella. Cada vez más están adoptando el concepto antibíblico del Postmilenialismo.
EL PUNTO DE VISTA POSTMILENIAL
Éste es la idea de que la Iglesia conquistará el mundo, ya sea a través de la acción política o el evangelismo, o una combinación de los dos, y que la Iglesia entonces reinará sobre la tierra durante mil años. Al final de este reinado, la Iglesia entregará el reino a Jesús, quien transportará a la Iglesia al Cielo y quemará la tierra.
¡Pocos conceptos podrían ser más antibíblicos! La Biblia deja en claro que la vasta mayoría de la humanidad siempre rechazará el Evangelio (Mateo 7:13-14). Y la Biblia deja de igual forma en claro que a medida que nos acercamos al final de la Era de la Iglesia, la sociedad se volverá cada vez más malvada en lugar de cada vez más justa (Mateo 24:9-12, 36-39)
Además, el Postmilenialismo se basa en la suposición Humanista del progreso inevitable, el cual, a su vez, se basa en la creencia en la bondad esencial del Hombre. Una vez más, éste es un concepto muy antibíblico. La Biblia enseña que el Hombre nace con una naturaleza pecaminosa que lo hace intrínsecamente malo (Jeremías 17:9).
El hombre no puede elevarse por su propio esfuerzo. Tampoco puede el hombre ser perfeccionado por la educación o la revolución de la sociedad. Dios demostrará esto durante el venidero reino milenial de Jesús. Durante ese tiempo, todo el mundo será inundado con paz, rectitud y justicia. Sin embargo, al final, cuando Satanás sea soltado, será capaz de liderar una rebelión mundial contra Jesús.
El gobierno con vara de hierro de Jesús (Salmo 2:8-9 y Apocalipsis 2:26-27) puede producir conformidad exterior, pero interiormente, habrá resentimiento hirviendo que explotará en abierta rebelión. El hombre no será transformado por la vida en un paraíso en la tierra. Y eso es debido a que la gente sólo puede ser verdaderamente transformada por la morada del Espíritu Santo que viene por medio de la fe en Jesús como Señor y Salvador (2 Corintios 3:17-18).
EL PUNTO DE VISTA AMILENIAL
El punto de vista del tiempo del fin que es sostenido por la Iglesia Católica y la mayoría de las denominaciones cristianas de hoy es el Amilenialismo. Es el extraño concepto que el reinado milenial comenzó en la Cruz y continúa hasta nuestros días. Al igual que el punto de vista Postmilenial, éste se basa en una espiritualización de la Escritura – lo cual es una bonita forma de decir que se basa en una rotunda negación de lo que las Escrituras claramente declaran.
La lógica por sí sola es suficiente para destruir el punto de vista Amilenialista. La Biblia enseña que durante el Milenio, la tierra será inundada con paz, rectitud y justicia (Isaías 11:3-9 y Miqueas 4:1-7). ¿Puede alguien realmente discutir con toda seriedad que semejante atmósfera prevalece hoy en día?
La Biblia dice que durante el Milenio, Satanás será atado para que ya no pueda engañar a las naciones del mundo (Apocalipsis 20:1-3). ¿Es eso una realidad presente? Por supuesto que no. Todas las naciones del mundo, sin excepción, son engañadas y existen en un estado de rebelión contra Dios. La Biblia dice seis veces en el libro de Apocalipsis que el Milenio durará 1,000 años (Apocalipsis 20:2-7). Los amilenialistas dicen que el Milenio comenzó en la Cruz y continuará indefinidamente hasta el regreso de Jesús. ¿Quién tiene la razón? ¿La Biblia o los amilenialistas?
EL PUNTO DE VISTA PREMILENIAL
Una lectura literal de las profecías de los tiempos del fin, buscando el significado del sentido llano, producirá lo que se llama el punto de vista Premilenial. Según este punto de vista, la sociedad se desintegrará en los tiempos del fin (2 Timoteo 3:1-5), llegando a ser tan inmoral y violenta como en los días de Noé (Mateo 24:37-39). La Iglesia será sacada del mundo en un evento llamado el Rapto (1  Tesalonicenses 4:13-18), y luego Dios comenzará a derramar Su ira durante un periodo de siete años llamado la Tribulación (Apocalipsis 6-18).
Al final de la Tribulación, Jesús regresará (Apocalipsis 19:11-16). Un gran remanente de los judíos lo aceptarán como su Mesías (Zacarías 12:10; Romanos 9:27 y 11:25-27). Jesús reunirá a estos creyentes judíos en Israel (Deuteronomio 30:1-9) y los establecerá como la nación principal del mundo (Zacarías 8:22-23).
Jesús comenzará entonces Su reinado de mil años desde Jerusalén, tiempo durante el cual la tierra experimentará paz, rectitud y justicia (Miqueas 4:1-7 y Apocalipsis 20:4-6).
LA TEOLOGÍA DEL REEMPLAZO
Este significado claro de las Escrituras ha sido rechazado por la Iglesia desde el año 400 EC debido al antisemitismo. Los judíos fueron clasificados como “asesinos de Cristo” y se hizo el argumento de que Dios se había “lavado Sus manos de ellos”. Además, se argumentó que la Iglesia había reemplazado a Israel y que se había convertido así en la heredera de las promesas que Dios había dado a los judíos.
La horrible teología que se desarrolló a partir de estas presunciones antibíblicas llegó a ser conocida como Teología del Reemplazo. Ésta sostiene que la Iglesia ha reemplazado a Israel y que Dios no tiene ningún propósito más para los judíos. Por consiguiente, los defensores de esta teología argumentan que la promesa de Dios a los judíos de un reino futuro (Hechos 1:1-9) ha sido anulada y ha sido transferida a la Iglesia.
LA REFUTACIÓN DE PABLO
La Teología del Reemplazo es completamente antibíblica, como cualquier lectura de Romanos 9-11 claramente demostrará. En estos capítulos, Pablo afirma las profecías del Antiguo Testamento de que Dios salvará a un gran remanente de los judíos en los tiempos del fin (Romanos 9:27), y que Él cumplirá por ellos todas las promesas que ha hecho al pueblo judío (Romanos 11:36).
Pablo aborda específicamente el asunto de la Teología del Reemplazo en dos lugares en Romanos. En el tercer capítulo, él hace esta pregunta retórica en relación con el pueblo judío: “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? ”. Durante casi 1,600 años, desde el año 400 EC, la Iglesia ha respondido, “¡Sí!”. Pero Pablo responde su pregunta de una forma directamente opuesta al declarar, “De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso…” (Romanos 3:3-4).
En Romanos 11, Pablo aborda este asunto otra vez, usando una vez más una pregunta retórica: “Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo?” (Romanos 11:1). Y una vez más, la Iglesia siempre ha respondido, “¡Sí!”. Pero Pablo responde diciendo, “En ninguna manera. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció” (Romanos 11:1-2).
UNA VERDAD ABSOLUTA
Ya sea que a los líderes de la Iglesia les guste o no, Dios les ha prometido a los judíos que un día el Mesías establecerá un reino para ellos y por medio de ese reino Él reinará sobre toda la tierra (Isaías 2:1-4).
No hay excusa para que la Iglesia codicie las promesas que Dios ha hecho al pueblo judío. Dios también ha hecho promesas maravillosas a la Iglesia. Una, por supuesto, es el Arrebatamiento. Otra es la promesa de que reinaremos con Jesús sobre todas las naciones gentiles de la tierra (Daniel 7:13-14, 18,27; Apocalipsis 2:26-27).
PONIÉNDONOS SERIOS CON LA PROFECÍA
Es hora de dejar de jugar con la Palabra Profética de Dios. Hay mucho en juego como para simplemente decir, “Todo hombre tiene su propia opinión”. Jesús está a punto de regresar. Esta Era de la Iglesia está a punto de llegar a un alto estridente. El mundo está en el umbral del tiempo más horrendo de la historia humana – la Gran Tribulación – cuando Dios derramará Su ira en este mundo que lo odia (Apocalipsis 6-18) y la mitad de la humanidad y dos tercios de los judíos serán asesinados en un periodo de sólo siete años (Zacarías 13:7-9).
Sin embargo, a pesar de este horror inminente, los líderes de la Iglesia están haciéndole creer a la gente que el regreso de Jesús es una posibilidad tan remota que es una “distracción” actual para la vida cristiana. ¡Qué tonterías! La Palabra dice que el regreso de Jesús podría ocurrir en cualquier momento (Mateo 24:36-44). La Palabra dice que debemos vivir aguardando el regreso de Jesús (Tito 2:11-14). La Palabra dice que vivir con la expectativa y la esperanza del regreso del Señor producirá santidad en nuestras vidas (1 Juan 3:2-3; 1 Pedro 1:13-16). La Palabra proporciona señales que debemos vigilar y que marcarán la época del regreso del Señor (Hebreos 10:25; Mateo 24:33).
Hoy, alguien tendría que estar espiritualmente ciego para no discernir el hecho de que el futuro ha llegado. Las antiguas profecías que señalan la época del regreso del Señor están siendo cumplidas antes nuestros propios ojos. Las señales están literalmente gritando el cercano regreso del Señor. Y sin embargo, la mayoría de los líderes de la Iglesia parece estar ciegos a las señales.
LA PRESERVACIÓN Y LA REUNIÓN DE LOS JUDÍOS
¿Cómo, por ejemplo, puede una persona ignorar la reunión sobrenatural del pueblo judío de regreso a su patria desde los cuatro ángulos de la tierra? Esta reunión en incredulidad es la profecía más prolífica en el Antiguo Testamento (Vea Isaías 11:10-12 como ejemplo). Ella es siempre descrita en un contexto del tiempo del fin (Ezequiel 36:22-38).
Jeremías proclama dos veces que cuando la historia termine, ¡el pueblo judío verá atrás y considerará a la reunión actual como un milagro más grande que su liberación de la cautividad egipcia! (Jeremías 16:14-15 y 23:7-8). Esta reunión comenzó a finales de la década de 1890 y continúa hasta este día – de 40,000 judíos en Israel en 1900 a más de 6 millones hoy.
Ningún otro pueblo en la historia ha sido tan ampliamente esparcido por todo el mundo. Ningún otro pueblo en la historia ha sido tan odiado y tan sistemáticamente perseguido. Ningún otro pueblo ha sido sometido a una atrocidad tan atroz como el Holocausto. Ningún otro pueblo ha estado tan desprovisto de esperanza.
Sin embargo, Dios milagrosamente los preservó, tal como dijo que lo haría (Jeremías 30:11; Jeremías 31:35-37; Isaías 49:14-16 y 2 Samuel 7:24). Y Él los ha reunido, tal como dijo que lo haría (Isaías 11:10-12 y Ezequiel 36:22-24). Pero los líderes cristianos descartan estos milagros de su preservación y reunión como un “accidente de la historia” sin “ninguna importancia profética”. ¡Increíble!
Somos bendecidos de ser la generación que está siendo testigo del cumplimiento de estas profecías y, sin embargo, el cristiano promedio parece no estar consciente de ella y, aun peor, muchos que se dan cuenta de ellas tienen la audacia absoluta de negar que son un cumplimiento de la profecía o de que tengan alguna importancia profética.
OTRAS SEÑALES DEL TIEMPO DEL FIN
Hace 2,500 años, el profeta Daniel dijo que en los tiempos del fin el último gran imperio gentil – el Imperio Romano – sería resucitado y que el Anticristo surgiría de él (Daniel 2:31-45). ¿Es el renacimiento del Imperio Romano hoy en día, en la forma de la Unión Europea, un accidente de la historia?
El profeta Zacarías dijo que en los tiempos del fin la nación de Israel volvería a existir y que todas las naciones del mundo vendrían contra ella (Zacarías 12:1-3). ¿Es el renacimiento del Estado de Israel en mayo de 1948 un accidente? ¿Qué acerca de la forma en la que todas las naciones del mundo están actualmente viniendo contra Israel por el tema de quién controlará a Jerusalén?
El profeta Ezequiel dijo que en los tiempos del fin todas las naciones árabes intentarían tomar la tierra de Israel (Ezequiel 35-36). ¿Son sus intentos actuales un accidente de la historia?
Jesús dijo que debíamos vigilar a Jerusalén. Él profetizó que la ciudad sería destruida y los que judíos serían dispersados, pero también profetizó que en los tiempos del fin los judíos regresarían y re-ocuparían la ciudad (Lucas 21:24). ¿Fue la reocupación de la ciudad de Jerusalén por los judíos en junio de 1967 (por primera vez en 1,897 años) un accidente de la historia?
Los profetas del Nuevo Testamento advirtieron que una de las señales principales de los tiempos del fin sería una epidemia de apostasía en la Iglesia (2 Tesalonicenses 2:3; 1 Timoteo 4:1; 2 Timoteo 3:5 y 2 Timoteo 4:1-4). ¿Es la crasa apostasía que estamos experimentando hoy un accidente de la historia?
CEGUERA ESPIRITUAL
¿Cuál es el problema con la Iglesia de hoy? ¿Por qué hay muchos cristianos y sus líderes ignorando el hecho de que Jesús está a las puertas mismas del Cielo aguardando la orden de Su Padre para regresar? ¿Por qué está la Iglesia tan espiritualmente ciega? ¿Por qué hay tantos pastores enfocados más en igle-crecimiento que en sonar la alarma de que Jesús viene pronto?
De nuevo, la actitud displicente que prevalece acerca del regreso inminente del Señor es un cumplimiento de la profecía del tiempo del fin: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3-4).
EL ENGAÑO DE SATANÁS
Hemos llegado al final de los tiempos del fin, los que empezaron con el establecimiento de la Iglesia el Día de Pentecostés (Hechos 2:14-42, Hebreos 1:2 y 1 Pedro 4:7). De nuevo, estamos viviendo en tiempo prestado. Y Satanás está trabajando horas extras para camuflar el hecho.
Está engañando a las personas para que crean que las profecías de los tiempos del fin no significan lo que dicen. Está motivando a personas bien intencionadas para que establezcan fechas para el regreso del Señor con el fin de desacreditar la profecía bíblica. Está convenciendo a los pastores de que la profecía bíblica es una quimera, sin ninguna importancia para el aquí y ahora. Está convenciendo a los cristianos y a sus líderes de que la profecía bíblica es un rompecabezas chino que nadie puede entender, y que por eso es una pérdida de tiempo estudiarla.
En resumen, existe una conspiración satánica para mantener las verdades de la profecía bíblica en las tinieblas. Satanás no quiere que nadie sepa que Jesús está a punto de regresar. Ni tampoco quiere que nadie sepa que la profecía bíblica revela que cuando Jesús regrese, Satanás será derrotado totalmente y que Jesús será gloriosamente victorioso y vindicado completamente en la historia.
REALIDADES QUE NECESITAMOS ENFRENTAR
Lo que los pastores necesitan entender son dos verdades fundamentales acerca de la profecía bíblica. La primera es que la predicación de la profecía bíblica puede ser una gran herramienta evangelística, tal como lo fue en el primer sermón del Evangelio que Pedro predicó en Pentecostés (Hechos 2:14-36). Lea ese sermón. No es más que la recitación de una profecía mesiánica tras otra, seguido por afirmaciones de que Jesús cumplió cada profecía.
La segunda verdad es que la predicación de la profecía bíblica puede servir como una gran herramienta de santificación, porque si usted puede convencer a un cristiano de que Jesús realmente va a regresar y que Él podría regresar en cualquier momento, esa persona será motivada a la santidad y el evangelismo.
Seamos realistas: el cristiano promedio no cree más en el regreso inminente de Jesús que lo que cree en Santa Claus o el Conejo de Pascua. Puede creerlo intelectualmente, pero no lo cree con su corazón. Es sólo cuando una proposición se mueve de la mente al corazón que se cree verdaderamente y empezará a tener un impacto en nuestras mentes y acciones. Los tres hechos más urgentes de nuestro tiempo que necesitan ser proclamados desde todos los púlpitos en Estados Unidos son:
1.       Jesús va a regresar para derramar la ira de Dios y para reinar sobre toda la tierra.
2.      El regreso de Jesús podría ocurrir en cualquier momento – no hay una profecía que deba cumplirse para el Arrebatamiento de la Iglesia ocurra.
3.      Las señales de los tiempos indican que hemos llegado al momento del regreso del Señor.
Estas verdades son como una espada de dos filos. Para los incrédulos, son un llamado para huir de la ira venidera hacia los brazos amorosos de Jesús ahora. Para el creyente, son un llamado a la santidad y el evangelismo.
EL MENSAJE PARA EL INCRÉDULO
El incrédulo necesita enfrentar el hecho de que nuestro Dios Creador es un Dios de justicia (Salmo 89:14). Por consiguiente, Él debe tratar con el pecado – de lo contrario, la vida no tiene sentido. Y Dios trata con el pecado en una de dos maneras – ya sea la gracia o la ira (Juan 3:36).
Cada persona en este planeta está viviendo bajo la gracia de Dios o Su ira. Es una cosa terrible ser objeto de la ira de Dios. La Biblia dice que cuando Jesús regrese, los perdidos se arrastrarán a agujeros en el suelo y clamarán a las montañas que caigan sobre ellos, así de grande será la ira de Dios (Isaías 2:19).
Lo más trágico de este escenario es que todo lo que una persona tiene que hacer para moverse de la ira a la gracia es llegar en fe, confesar que es un pecador y recibir a Jesús como Señor y Salvador. La salvación es un regalo gratuito de la gracia de Dios por medio de la fe en Su Mesías, Jesús.  Usted no puede ganarse su salvación (Efesio 2:8-10) y cualquiera que siquiera implique que se puede, es un agente de Satanás.
EL MENSAJE PARA LOS CREYENTES
Para los creyentes, el regreso inminente de Jesús es un llamado al evangelismo – compartir el Evangelio con tantas personas como sea posible, tan rápido como sea posible. El regreso inminente del Señor es también un llamado a los creyentes para que se comprometan a la santidad. En términos prácticos, esto significa hacer a Jesús el señor de todo en su vida – su dinero, su trabajo, su alimento, su entretenimiento – todo.
EL MENSAJE PARA LOS PASTORES
Y para esos pastores que sostienen que la profecía es una quimera, sin ninguna relevancia práctica, pregunto, “¿Qué podría ser más relevante que un mensaje que impulsa a los incrédulos hacia Jesús y que motiva a los creyentes a la santidad y el evangelismo?”.
Y eso me lleva a otro punto en relación con los pastores. Se relaciona con el pretexto número uno que los pastores usan para ignorar la enseñanza y la predicación de la Palabra Profética de Dios. A menudo se expresa de esta manera: “No soy Premilenial, o Amilenial o Postmilenial – Soy Panmilenial porque creo que al final todo saldrá como se esperaba”.
Permítame darle una traducción de ese comentario. Lo que el pastor en realidad está diciendo es que es demasiado perezoso para estudiar la profecía y descubrir sus verdades, por lo que ha decidido dejar de lado una tercera parte de la Palabra de Dios y simplemente ignorarla. ¡Y eso es verdaderamente trágico!
EL SIGNIFICADO DE UNA PROMESA
“¡Jesús viene pronto!” Ésa es la promesa dada por los profetas de la Biblia. Es una promesa hecha a los discípulos de Jesús por ángeles el día que ascendió al Cielo (Hechos 1:9-11). Y es la última promesa que Jesús hizo en las últimas palabras que habló en esta tierra cuando se le apareció al apóstol Juan en la isla de Patmos unos 65 años después de Su muerte y resurrección (Ap. 22:12, 20).
Esa promesa lo significa todo, o no significa nada en absoluto. Para el mundo, no significa nada. Para el cristiano promedio, es algo que ha quedado relegado a un futuro indefinido. Para un verdadero creyente, lo es todo.
Los creyentes verdaderos anhelan diariamente con todo su corazón el regreso del Señor. Comparten el Evangelio en cada oportunidad y viven con un compromiso a la santidad.

Y debido a que viven anhelando el regreso del Señor, serán candidatos para recibir una Corona de Justicia especial cuando estén delante del Señor en su día de juicio: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.  Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 4:7-8).


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