Confortadoras palabras proféticas
Aunque Isaías redactó el libro que lleva su nombre hace casi tres mil
años, su contenido es de gran valor para nosotros. De los sucesos históricos
que refirió el profeta, aprendemos principios fundamentales, y mediante el
estudio de las profecías que puso por escrito en nombre de Jehová, fortalecemos
nuestra fe. En efecto, Isaías fue profeta del Dios vivo, quien lo inspiró para
escribir historia de antemano, para relatar los
hechos antes de que tuvieran lugar. De esta forma, Jehová demostró que puede
tanto predecir el futuro como determinarlo. El estudio del libro de Isaías deja
convencido al cristiano verdadero de que Jehová cumplirá todas sus promesas.
2 Cuando Isaías terminó de redactar
sus profecías, Jerusalén había sobrevivido a la amenaza asiria, el templo
seguía en pie y la gente se ocupaba de sus quehaceres diarios tal y como lo
había hecho por siglos. No obstante, la situación iba a cambiar. Llegaría
el día en que las riquezas de los reyes judíos serían llevadas a Babilonia, y
algunos jóvenes judíos servirían como oficiales de la corte en esa ciudad* (Isaías 39:6,7). Todo esto ocurriría más de cien años
después (2 Reyes 24:12-17; Daniel 1:19).
3 Ahora bien, el mensaje divino que
transmitió Isaías no se limitaba a anunciar calamidades. El capítulo 40 de
su libro comienza con la palabra “consuelen”.* Los judíos se consolarían con la promesa de que
ellos o sus hijos podrían regresar a su tierra natal. El capítulo 41 prosigue
con este mensaje confortador y predice que Jehová levantaría a un rey poderoso
que llevaría a cabo Su voluntad. Este capítulo contiene palabras
tranquilizadoras y exhortaciones a confiar en Dios. También destaca la
impotencia de los dioses falsos en los que confían las naciones. Todo ello
contribuyó a fortalecer la fe en los tiempos de Isaías y también puede hacerlo
en los nuestros.
Jehová desafía a las naciones
4 Jehová exclama mediante su
profeta: “Atiendan a mí en silencio, oh islas; yrecobren el poder los grupos nacionales mismos. Que se aproximen. Que hablen enaquel tiempo. Acerquémonos juntos para el juicio mismo” (Isaías 41:1). Con estas
palabras, Jehová desafía a las naciones que se oponen a su pueblo. ¡Que
comparezcan ante él y se preparen para hablar! Como veremos más adelante,
Jehová, cual juez de un tribunal, exige a dichas naciones que presenten pruebas
de que sus ídolos son dioses verdaderos. ¿Pueden estas deidades predecir
salvación para sus adoradores o condenación para sus enemigos? Y si lo hacen,
¿pueden cumplir tales profecías? La respuesta es no. Solo Jehová tiene esa
capacidad.
5 Al analizar las profecías de
Isaías debemos tener en cuenta que, como tantas otras de la Biblia, tienen más
de un cumplimiento. En el año 607 a.E.C., Judá será desterrada a Babilonia. Sin
embargo, Isaías revela que Jehová la liberará del cautiverio. Dicha liberación,
que aconteció en 537 a.E.C., tuvo un paralelo a comienzos del
siglo XX. Durante la I Guerra Mundial, los siervos terrestres ungidos de
Jehová pasaron por un período de tribulación. En 1918, la presión del mundo de
Satanás —instigada por la cristiandad, la parte principal de Babilonia la
Grande— prácticamente detuvo la predicación organizada de las buenas nuevas (Revelación [Apocalipsis] 11:5-10). A algunos miembros
destacados de la Sociedad Watch Tower les imputaron cargos falsos y los
encarcelaron. Para los efectos, el mundo había triunfado en su batalla contra
los siervos de Dios. Pero, tal como en el año 537 a.E.C., Jehová
inesperadamente los liberó. En 1919 salieron de la prisión, y más adelante
se retiraron los cargos formulados contra ellos. En una asamblea celebrada en
Cedar Point (Ohio, E.U.A.) en septiembre de 1919, los siervos de Jehová
cobraron fuerzas para reanudar la predicación de las buenas nuevas del Reino (Revelación 11:11, 12). A partir de
entonces, el alcance de dicha obra ha aumentado de forma considerable. Buena
parte de las palabras de Isaías tendrán, además, un extraordinario cumplimiento
en la venidera Tierra paradisíaca. Por consiguiente, las profecías que Isaías
pronunció en la antigüedad conciernen a todos los pueblos y naciones de
nuestros días.
Dios hace surgir un libertador
6 Jehová vaticina mediante Isaías el
surgimiento de un conquistador que salvará de Babilonia a los siervos de
Dios y ejecutará Su decreto contra los enemigos de estos. Jehová
pregunta: “¿Quién ha suscitado a alguien desde el naciente? ¿Quién procedióen justicia a llamarlo a Sus pies, para dar delante de él las naciones, y para hacerque él vaya sojuzgando hasta a reyes? ¿Quién siguió dándolos como polvo a suespada, de manera que han sido impelidos de acá para allá como simple rastrojocon su arco? ¿Quién siguió yendo tras ellos, siguió pasando adelante pacíficamentea pie por la senda por la cual no procedió a venir? ¿Quién ha estado activo y hahecho esto, y ha llamado a las generaciones desde el comienzo? Yo, Jehová, elPrimero; y con los últimos soy lo mismo” (Isaías 41:2-4).
7 ¿A quién se levanta desde el
naciente, desde las regiones orientales? Al este de Babilonia se encuentran los
países de Medopersia y Elam, desde los cuales marcha Ciro el persa con sus
poderosos ejércitos (Isaías 41:25; 44:28; 45:1-4, 13; 46:11). Aunque él no adora a Jehová, el
Dios justo, obra en armonía con Su voluntad. Ciro somete reyes, yestos quedan
esparcidos como polvo ante él. En su ansia de conquista, pasa “pacíficamente”,
o sin sufrir daño, por sendas no muy transitadas, superando todo
obstáculo. En el año 539 a.E.C. llega a la poderosa ciudad de Babilonia y
la toma. Como consecuencia, el pueblo de Dios es liberado y puede regresar a
Jerusalén para restaurar la adoración pura (Esdras 1:1-7).*
8 De modo que a través de Isaías,
Jehová predice la aparición del rey Ciro mucho antes de que este nazca. Nadie
más que el Dios verdadero tiene la capacidad de profetizar tal cosa con
exactitud. Ninguno de los dioses falsos de las naciones lo iguala. Con razón
Jehová afirma: “A ningún otro daré yo mi propia gloria”. Solo él puede afirmar
con justicia: “Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay
Dios” (Isaías 42:8; 44:6, 7).
Los pueblos se atemorizan y confían en los ídolos
9 Isaías describe ahora la reacción
de las naciones ante este futuro conquistador: “Lasislas vieron y empezaron a temer. Las mismísimas extremidades de la tierraempezaron a temblar. Se acercaron y siguieron viniendo. Se pusieron a ayudar cadacual a su compañero, y uno decía a su hermano: ‘Sé fuerte’. De manera que elartífice se puso a fortalecer al metalario; el que alisa con el martillo de fragua al quemartilla en el yunque, diciendo respecto a la soldadura: ‘Está bien’. Por fin, uno loaseguró con clavos para que no se le pudiera hacer tambalear” (Isaías 41:5-7).
10 Jehová examina la escena mundial
con unos doscientos años de anticipación. Los poderosos ejércitos de Ciro
avanzan con rapidez, venciendo a cuantos les ofrecen resistencia. Todos los
pueblos tiemblan ante su proximidad, aun los habitantes de las islas, de los
lugares más apartados. Llenos de miedo, se unen para oponerse al que
Jehová ha llamado del este para ejecutar Su sentencia. Intentan animarse unos a
otros diciéndose: “Sé fuerte”.
11 Los artífices trabajan en equipo
para fabricar imágenes de dioses que libren al pueblo del peligro. El
carpintero construye un armazón de madera y le pide al orfebre que lo recubra
de metal, quizás oro. El escultor alisa el metal con el martillo y se muestra
conforme con la soldadura. Tal vez con cierto sarcasmo se indica que aseguran
el ídolo con clavos para darle solidez y que no se tambalee, como la
imagen de Dagón, que cayó de bruces ante el arca de Jehová (1 Samuel 5:4).
No teman
12 Ahora Jehová se dirige a su
pueblo. A diferencia de las naciones que confían en los ídolos sin vida, los
que confían en el Dios verdadero no tienen por qué sentir miedo nunca. Las
tranquilizadoras palabras de Jehová se inician con el recordatorio de que
Israel es la prole de su amigo Abrahán. En un pasaje cargado de ternura, Isaías
transmite Su mensaje:“Tú, oh Israel, eres mi siervo, tú, oh Jacob, a quien he escogido, la descendencia deAbrahán, mi amigo; tú, a quien he asido desde las extremidades de la tierra, y tú, aquien he llamado hasta de las partes remotas de ella. Y por eso te dije: ‘Tú eres misiervo; te he escogido, y no te he rechazado. No tengas miedo, porque estoycontigo. No mires por todos lados, porque soy tu Dios. Yo ciertamente te fortificaré.Yo cierta y verdaderamente te ayudaré. Sí, yo verdaderamente te mantendréfirmemente asido con mi diestra de justicia’” (Isaías 41:8-10).
13 Sin duda tales palabras consolarán
a los judíos cuando estén cautivos en una tierra extranjera. Les dará
mucho ánimo escuchar a Jehová llamarlos “mi siervo” en un momento en el que son
exiliados, siervos del rey de Babilonia (2 Crónicas 36:20). Aunque Dios los disciplinará por su
infidelidad, no los rechazará. Israel pertenece a Jehová, no a
aquella nación. No habrá motivo para que el pueblo de Dios tiemble ante la
cercanía del conquistador Ciro. Jehová estará con ellos y los ayudará.
14 Esas palabras han tranquilizado y
fortalecido a los siervos de Dios hasta el día de hoy. En 1918 anhelaban
conocer cuál era la voluntad de Jehová para ellos. Ansiaban ser liberados de su
cautiverio espiritual. En la actualidad estamos deseosos de que se nos libere
de las presiones a las que nos someten Satanás, el mundo y nuestra propia
imperfección. Pero entendemos que Jehová sabe precisamente cuándo y cómo debe
intervenir en favor de su pueblo. Como niños, nos asimos de su poderosa mano,
con plena confianza en que nos ayudará (Salmo 63:7, 8). Jehová estima mucho a los que le
sirven. Hoy apoya a su pueblo como lo hizo durante el difícil período de 1918-1919
y como apoyó a los israelitas fieles del pasado.
15 Veamos lo que Jehová agrega
mediante Isaías: “¡Mira! Todos los que se acalorancontra ti se avergonzarán y serán humillados. Los hombres que tienen una riñacontigo llegarán a ser como nada, y perecerán. Los buscarás, pero no los hallarás, aaquellos hombres que están en una lucha contigo. Llegarán a ser como algoinexistente y como nada, aquellos hombres que están en guerra contra ti. Porqueyo, Jehová tu Dios, tengo agarrada tu diestra, Aquel que te dice: ‘No tengas miedo.Yo mismo ciertamente te ayudaré’. No tengas miedo, gusano Jacob, ustedes loshombres de Israel. Yo mismo ciertamente te ayudaré —es la expresión de Jehová,aun tu Recomprador, el Santo de Israel—” (Isaías 41:11-14).
16 Los enemigos de Israel
no prevalecerán. Los que se acaloran contra él quedarán avergonzados y los
que luchan contra él perecerán. Aunque los israelitas cautivos parezcan débiles
e indefensos como un gusano que se arrastra por el suelo, Jehová los ayudará.
Estas palabras han infundido ánimo a los cristianos verdaderos, que han
afrontado la hostilidad tenaz de muchas personas del mundo durante “los últimos
días” (2 Timoteo 3:1). Y ante la inminencia del ataque de
Satanás, a quien se llama en una profecía “Gog de la tierra de Magog”, la
promesa de Jehová los fortalece sobremanera. Cuando Gog lance su violento
ataque contra el pueblo de Dios —que ‘mora sin muro, y no tiene siquiera
barra y puertas’—, este parecerá tan indefenso como un gusano. Sin embargo, los
que confíen en Jehová no tendrán por qué temblar de miedo. El Todopoderoso
luchará en su favor y los librará (Ezequiel 38:2, 11, 14-16, 21-23; 2 Corintios 1:3).
Consuelo para Israel
17 Jehová sigue consolando a su
pueblo del siguiente modo: “¡Mira! He hecho de ti untrillo, un nuevo instrumento trillador que tiene dientes de dos filos. Pisotearás lasmontañas y las triturarás; y reducirás las colinas como a tamo. Las aventarás, y unviento mismo se las llevará, y un viento de tempestad mismo las impelerá endiferentes direcciones. Y tú mismo estarás gozoso en Jehová. En el Santo de Israelte jactarás acerca de ti mismo” (Isaías 41:15, 16).
18 Israel recibirá fuerzas para tomar
la ofensiva y, en sentido espiritual, subyugar a sus adversarios, que son
comparables a montañas. Cuando Israel regrese del exilio, triunfará sobre los
enemigos que intenten impedir la reconstrucción del templo y los muros de
Jerusalén (Esdras 6:12; Nehemías 6:16). No obstante, las palabras de
Jehová se cumplirán a gran escala en “el Israel de Dios” (Gálatas 6:16). Jesús promete a los cristianos
ungidos: “Al que venza y observe mis hechos hasta el fin, le daré autoridad
sobre las naciones, y pastoreará a la gente con vara de hierro, de modo que
serán hechos pedazos como vasos de barro, como lo que he recibido de mi Padre”
(Revelación 2:26, 27). Llegará sin falta el día en el
que los hermanos de Cristo glorificados en el cielo tras su resurrección
participarán en la destrucción de los enemigos de Jehová Dios (2 Tesalonicenses 1:7, 8; Revelación 20:4, 6).
19 Jehová reafirma ahora con lenguaje
figurado su promesa de socorrer a su pueblo. Isaías escribe: “Los afligidos y los pobres andan buscando agua, pero no la hay. Acausa de la sed su lengua misma se ha secado. Yo mismo, Jehová, les responderé.Yo, el Dios de Israel, no los dejaré. Sobre colinas peladas abriré ríos; y en medio delas llanuras-valles, manantiales. Convertiré el desierto en estanque de agua lleno decañas; y la tierra árida, en fuentes de agua. En el desierto pondré el cedro, la acaciay el mirto y el árbol oleífero. En la llanura desértica colocaré el enebro, el fresno y elciprés al mismo tiempo; a fin de que la gente vea y sepa y preste atención y tengaperspicacia al mismo tiempo, que la mismísima mano de Jehová ha hecho esto, y elSanto de Israel lo ha creado él mismo” (Isaías 41:17-20).
20 Aunque los israelitas desterrados
viven en la capital de una potencia mundial próspera, para ellos es como
un yermo. Se sienten como David cuando se escondía del rey Saúl. En el año 537
a.E.C., Jehová les abre el camino para que regresen a Judá y reconstruyan Su
templo, que está en Jerusalén, restaurando así la adoración pura. Jehová, a su
vez, los bendice. Isaías anuncia en una profecía posterior: “Jehová ciertamente
consolará a Sión. De seguro consolará todos sus lugares devastados, y hará que
su desierto sea como Edén, y su llanura desértica como el jardín de Jehová” (Isaías 51:3). Esto sucede, efectivamente, cuando
los judíos regresan a su tierra natal.
21 Algo parecido ocurrió en tiempos
modernos cuando el Ciro Mayor, Jesucristo, liberó a sus discípulos ungidos del
cautiverio espiritual para que restauraran la adoración pura. Los que se habían
mantenido fieles fueron bendecidos con un rico paraíso espiritual, un jardín de
Edén en sentido figurado (Isaías 11:6-9; 35:1-7). En breve Dios destruirá a sus
enemigos, y toda la Tierra se transformará en un paraíso físico, tal como
prometió Jesús al malhechor que estaba colgado de un madero (Lucas 23:43).
Desafío a los enemigos de Israel
22 Jehová reanuda ahora el pleito con
las naciones y sus ídolos: “Presenten ustedes sucausa polémica —dice Jehová—. Produzcan sus argumentos —dice el Rey deJacob—. Produzcan e infórmennos las cosas que van a suceder. Las primerascosas —lo que fueron— de veras informen, para que apliquemos nuestro corazón ysepamos el futuro de ellas. O hágannos oír hasta las cosas que vienen. Informenacerca de las cosas que han de venir después, para que sepamos que ustedes sondioses. Sí, ustedes deben hacer lo bueno o hacer lo malo, para que miremos portodos lados y lo veamos al mismo tiempo. ¡Miren! Ustedes son algo inexistente, ysu logro nada es. Cosa detestable es cualquiera que los escoge a ustedes” (Isaías41:21-24). ¿Son los dioses
de las naciones capaces de profetizar con exactitud y así demostrar que tienen
conocimiento sobrenatural? Si lo fueran, se verían resultados, buenos o malos,
que respaldaran sus afirmaciones. Pero la realidad es que los ídolos
no pueden lograr nada; en la práctica, es como si no existieran.
23 En nuestros días, algunos tal vez
se pregunten por qué Jehová, por medio de Isaías y los demás profetas, condenó
en tantas ocasiones la insensatez de la idolatría. La inutilidad de
los ídolos fabricados por el hombre pudiera parecer obvia a muchas personas de
la actualidad. Sin embargo, cuando un conjunto de creencias falsas goza de
amplia aceptación, es difícil desarraigarlo de la mente de sus adeptos.
Numerosas creencias contemporáneas son tan ilógicas como la idea de que las
imágenes sin vida sean realmente dioses. Pero la gente se aferra a ellas,
haciendo caso omiso de los argumentos convincentes que las refutan. Solo
después de escuchar la verdad una y otra vez, algunos terminan dándose cuenta
de que lo más sensato es confiar en Jehová.
24 Ahora Jehová vuelve a referirse a
Ciro: “He suscitado a alguien desde el norte, yvendrá. Desde el nacimiento del sol invocará mi nombre. Y vendrá sobre losgobernantes diputados como si fueran barro y tal como un alfarero que huella elmaterial húmedo” (Isaías 41:25).* En contraste con los dioses de las naciones,
Jehová sí actúa. Cuando traiga a Ciro desde “el nacimiento del sol”, el
oriente, demostrará que es capaz de predecir el futuro y luego intervenir para
que se cumpla su predicción.
25 Estas palabras nos recuerdan la
descripción profética del apóstol Juan de ciertos reyes que entrarían en acción
en nuestra época. En Revelación 16:12 leemos que se preparará el camino
“para los reyes procedentes del nacimiento del sol”. Tales monarcas son nada
menos que Jehová y Jesucristo. Al igual que Ciro liberó al pueblo de Dios en el
pasado, estos reyes, que son mucho más poderosos, aniquilarán a Sus enemigos y
conducirán a Su pueblo a través de la gran tribulación para introducirlo
en un nuevo mundo de justicia (Salmo 2:8, 9; 2 Pedro 3:13; Revelación 7:14-17).
Jehová es el Supremo
26 Jehová proclama una vez más la
verdad de que él es el único Dios verdadero. Pregunta: “¿Quién ha informado cosa alguna desde el comienzo, para que sepamos,o desde tiempos pasados, para que digamos: ‘Tiene razón’? Realmente no haynadie que informe. Realmente no hay nadie que haga a uno oír. Realmente no haynadie que oiga dicho alguno de ustedes” (Isaías 41:26). Ningún ídolo ha
anunciado la venida de un conquistador que liberará a los que confían en él.
Tales imágenes son inertes, mudas. No son verdaderos dioses.
27 Después de dar a conocer estas
impresionantes palabras de Jehová, Isaías subraya una verdad vital: “Hay un primero, que dice a Sión: ‘¡Mira! ¡Aquí están!’, y a Jerusaléndaré un portador de buenas nuevas. Y seguí viendo, y no hubo ningún hombre; y deentre estos no hubo nadie tampoco que diera consejo. Y seguí preguntándoles,para que dieran una respuesta. ¡Mira! Todos ellos son algo inexistente. Sus obrasnada son. Sus imágenes fundidas son viento e irrealidad” (Isaías 41:27-29).
28 Jehová es el primero, el Supremo.
Es el Dios verdadero, el que anuncia buenas nuevas de liberación a su pueblo. Y
sus Testigos son los únicos que proclaman Su grandeza a las naciones. Jehová
denuncia con desdén a los que confían en la idolatría y desprecia sus ídolos
por ser “viento e irrealidad”. ¡Qué razón más poderosa para aferrarse al Dios
verdadero! Solo Jehová se merece nuestra confianza.
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