domingo, 26 de octubre de 2014

PALABRAS PRFÉTICAS

Confortadoras palabras proféticas



Aunque Isaías redactó el libro que lleva su nombre hace casi tres mil años, su contenido es de gran valor para nosotros. De los sucesos históricos que refirió el profeta, aprendemos principios fundamentales, y mediante el estudio de las profecías que puso por escrito en nombre de Jehová, fortalecemos nuestra fe. En efecto, Isaías fue profeta del Dios vivo, quien lo inspiró para escribir historia de antemano, para relatar los hechos antes de que tuvieran lugar. De esta forma, Jehová demostró que puede tanto predecir el futuro como determinarlo. El estudio del libro de Isaías deja convencido al cristiano verdadero de que Jehová cumplirá todas sus promesas.
2 Cuando Isaías terminó de redactar sus profecías, Jerusalén había sobrevivido a la amenaza asiria, el templo seguía en pie y la gente se ocupaba de sus quehaceres diarios tal y como lo había hecho por siglos. No obstante, la situación iba a cambiar. Llegaría el día en que las riquezas de los reyes judíos serían llevadas a Babilonia, y algunos jóvenes judíos servirían como oficiales de la corte en esa ciudad* (Isaías 39:6,7). Todo esto ocurriría más de cien años después (2 Reyes 24:12-17; Daniel 1:19).
3 Ahora bien, el mensaje divino que transmitió Isaías no se limitaba a anunciar calamidades. El capítulo 40 de su libro comienza con la palabra “consuelen”.* Los judíos se consolarían con la promesa de que ellos o sus hijos podrían regresar a su tierra natal. El capítulo 41 prosigue con este mensaje confortador y predice que Jehová levantaría a un rey poderoso que llevaría a cabo Su voluntad. Este capítulo contiene palabras tranquilizadoras y exhortaciones a confiar en Dios. También destaca la impotencia de los dioses falsos en los que confían las naciones. Todo ello contribuyó a fortalecer la fe en los tiempos de Isaías y también puede hacerlo en los nuestros.


Jehová desafía a las naciones


4 Jehová exclama mediante su profeta: “Atiendan a  en silencio, oh islas; yrecobren el poder los grupos nacionales mismos. Que se aproximen. Que hablen enaquel tiempo. Acerquémonos juntos para el juicio mismo” (Isaías 41:1). Con estas palabras, Jehová desafía a las naciones que se oponen a su pueblo. ¡Que comparezcan ante él y se preparen para hablar! Como veremos más adelante, Jehová, cual juez de un tribunal, exige a dichas naciones que presenten pruebas de que sus ídolos son dioses verdaderos. ¿Pueden estas deidades predecir salvación para sus adoradores o condenación para sus enemigos? Y si lo hacen, ¿pueden cumplir tales profecías? La respuesta es no. Solo Jehová tiene esa capacidad.
5 Al analizar las profecías de Isaías debemos tener en cuenta que, como tantas otras de la Biblia, tienen más de un cumplimiento. En el año 607 a.E.C., Judá será desterrada a Babilonia. Sin embargo, Isaías revela que Jehová la liberará del cautiverio. Dicha liberación, que aconteció en 537 a.E.C., tuvo un paralelo a comienzos del siglo XX. Durante la I Guerra Mundial, los siervos terrestres ungidos de Jehová pasaron por un período de tribulación. En 1918, la presión del mundo de Satanás —instigada por la cristiandad, la parte principal de Babilonia la Grande— prácticamente detuvo la predicación organizada de las buenas nuevas (Revelación [Apocalipsis] 11:5-10). A algunos miembros destacados de la Sociedad Watch Tower les imputaron cargos falsos y los encarcelaron. Para los efectos, el mundo había triunfado en su batalla contra los siervos de Dios. Pero, tal como en el año 537 a.E.C., Jehová inesperadamente los liberó. En 1919 salieron de la prisión, y más adelante se retiraron los cargos formulados contra ellos. En una asamblea celebrada en Cedar Point (Ohio, E.U.A.) en septiembre de 1919, los siervos de Jehová cobraron fuerzas para reanudar la predicación de las buenas nuevas del Reino (Revelación 11:11, 12). A partir de entonces, el alcance de dicha obra ha aumentado de forma considerable. Buena parte de las palabras de Isaías tendrán, además, un extraordinario cumplimiento en la venidera Tierra paradisíaca. Por consiguiente, las profecías que Isaías pronunció en la antigüedad conciernen a todos los pueblos y naciones de nuestros días.


Dios hace surgir un libertador


6 Jehová vaticina mediante Isaías el surgimiento de un conquistador que salvará de Babilonia a los siervos de Dios y ejecutará Su decreto contra los enemigos de estos. Jehová pregunta: “¿Quién ha suscitado a alguien desde el naciente? ¿Quién procedióen justicia a llamarlo a Sus pies, para dar delante de él las naciones, y para hacerque él vaya sojuzgando hasta a reyes? ¿Quién siguió dándolos como polvo a suespada, de manera que han sido impelidos de acá para allá como simple rastrojocon su arco? ¿Quién siguió yendo tras ellos, siguió pasando adelante pacíficamentea pie por la senda por la cual no procedió a venir? ¿Quién ha estado activo y hahecho esto, y ha llamado a las generaciones desde el comienzo? Yo, Jehová, elPrimero; y con los últimos soy lo mismo” (Isaías 41:2-4).
7 ¿A quién se levanta desde el naciente, desde las regiones orientales? Al este de Babilonia se encuentran los países de Medopersia y Elam, desde los cuales marcha Ciro el persa con sus poderosos ejércitos (Isaías 41:25; 44:28; 45:1-4, 13; 46:11). Aunque él no adora a Jehová, el Dios justo, obra en armonía con Su voluntad. Ciro somete reyes, yestos quedan esparcidos como polvo ante él. En su ansia de conquista, pasa “pacíficamente”, o sin sufrir daño, por sendas no muy transitadas, superando todo obstáculo. En el año 539 a.E.C. llega a la poderosa ciudad de Babilonia y la toma. Como consecuencia, el pueblo de Dios es liberado y puede regresar a Jerusalén para restaurar la adoración pura (Esdras 1:1-7).*
8 De modo que a través de Isaías, Jehová predice la aparición del rey Ciro mucho antes de que este nazca. Nadie más que el Dios verdadero tiene la capacidad de profetizar tal cosa con exactitud. Ninguno de los dioses falsos de las naciones lo iguala. Con razón Jehová afirma: “A ningún otro daré yo mi propia gloria”. Solo él puede afirmar con justicia: “Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios” (Isaías 42:8; 44:6, 7).
Los pueblos se atemorizan y confían en los ídolos
9 Isaías describe ahora la reacción de las naciones ante este futuro conquistador: “Lasislas vieron y empezaron a temer. Las mismísimas extremidades de la tierraempezaron a temblar. Se acercaron y siguieron viniendo. Se pusieron a ayudar cadacual a su compañero, y uno decía a su hermano: ‘Sé fuerte’. De manera que elartífice se puso a fortalecer al metalario; el que alisa con el martillo de fragua al quemartilla en el yunque, diciendo respecto a la soldadura: ‘Está bien’. Por fin, uno loaseguró con clavos para que no se le pudiera hacer tambalear” (Isaías 41:5-7).
10 Jehová examina la escena mundial con unos doscientos años de anticipación. Los poderosos ejércitos de Ciro avanzan con rapidez, venciendo a cuantos les ofrecen resistencia. Todos los pueblos tiemblan ante su proximidad, aun los habitantes de las islas, de los lugares más apartados. Llenos de miedo, se unen para oponerse al que Jehová ha llamado del este para ejecutar Su sentencia. Intentan animarse unos a otros diciéndose: “Sé fuerte”.
11 Los artífices trabajan en equipo para fabricar imágenes de dioses que libren al pueblo del peligro. El carpintero construye un armazón de madera y le pide al orfebre que lo recubra de metal, quizás oro. El escultor alisa el metal con el martillo y se muestra conforme con la soldadura. Tal vez con cierto sarcasmo se indica que aseguran el ídolo con clavos para darle solidez y que no se tambalee, como la imagen de Dagón, que cayó de bruces ante el arca de Jehová (1 Samuel 5:4).


No teman

12 Ahora Jehová se dirige a su pueblo. A diferencia de las naciones que confían en los ídolos sin vida, los que confían en el Dios verdadero no tienen por qué sentir miedo nunca. Las tranquilizadoras palabras de Jehová se inician con el recordatorio de que Israel es la prole de su amigo Abrahán. En un pasaje cargado de ternura, Isaías transmite Su mensaje:“Tú, oh Israel, eres mi siervo, tú, oh Jacob, a quien he escogido, la descendencia deAbrahán, mi amigo; tú, a quien he asido desde las extremidades de la tierra, y tú, aquien he llamado hasta de las partes remotas de ella. Y por eso te dije: ‘Tú eres misiervo; te he escogido, y no te he rechazado. No tengas miedo, porque estoycontigo. No mires por todos lados, porque soy tu Dios. Yo ciertamente te fortificaré.Yo cierta y verdaderamente te ayudaré. Sí, yo verdaderamente te mantendréfirmemente asido con mi diestra de justicia’” (Isaías 41:8-10).
13 Sin duda tales palabras consolarán a los judíos cuando estén cautivos en una tierra extranjera. Les dará mucho ánimo escuchar a Jehová llamarlos “mi siervo” en un momento en el que son exiliados, siervos del rey de Babilonia (2 Crónicas 36:20). Aunque Dios los disciplinará por su infidelidad, no los rechazará. Israel pertenece a Jehová, no a aquella nación. No habrá motivo para que el pueblo de Dios tiemble ante la cercanía del conquistador Ciro. Jehová estará con ellos y los ayudará.
14 Esas palabras han tranquilizado y fortalecido a los siervos de Dios hasta el día de hoy. En 1918 anhelaban conocer cuál era la voluntad de Jehová para ellos. Ansiaban ser liberados de su cautiverio espiritual. En la actualidad estamos deseosos de que se nos libere de las presiones a las que nos someten Satanás, el mundo y nuestra propia imperfección. Pero entendemos que Jehová sabe precisamente cuándo y cómo debe intervenir en favor de su pueblo. Como niños, nos asimos de su poderosa mano, con plena confianza en que nos ayudará (Salmo 63:7, 8). Jehová estima mucho a los que le sirven. Hoy apoya a su pueblo como lo hizo durante el difícil período de 1918-1919 y como apoyó a los israelitas fieles del pasado.
15 Veamos lo que Jehová agrega mediante Isaías: “¡Mira! Todos los que se acalorancontra ti se avergonzarán y serán humillados. Los hombres que tienen una riñacontigo llegarán a ser como nada, y perecerán. Los buscarás, pero no los hallarás, aaquellos hombres que están en una lucha contigo. Llegarán a ser como algoinexistente y como nada, aquellos hombres que están en guerra contra ti. Porqueyo, Jehová tu Dios, tengo agarrada tu diestra, Aquel que te dice: ‘No tengas miedo.Yo mismo ciertamente te ayudaré’. No tengas miedo, gusano Jacob, ustedes loshombres de Israel. Yo mismo ciertamente te ayudaré —es la expresión de Jehová,aun tu Recomprador, el Santo de Israel—” (Isaías 41:11-14).
16 Los enemigos de Israel no prevalecerán. Los que se acaloran contra él quedarán avergonzados y los que luchan contra él perecerán. Aunque los israelitas cautivos parezcan débiles e indefensos como un gusano que se arrastra por el suelo, Jehová los ayudará. Estas palabras han infundido ánimo a los cristianos verdaderos, que han afrontado la hostilidad tenaz de muchas personas del mundo durante “los últimos días” (2 Timoteo 3:1). Y ante la inminencia del ataque de Satanás, a quien se llama en una profecía “Gog de la tierra de Magog”, la promesa de Jehová los fortalece sobremanera. Cuando Gog lance su violento ataque contra el pueblo de Dios —que ‘mora sin muro, y no tiene siquiera barra y puertas’—, este parecerá tan indefenso como un gusano. Sin embargo, los que confíen en Jehová no tendrán por qué temblar de miedo. El Todopoderoso luchará en su favor y los librará (Ezequiel 38:2, 11, 14-16, 21-23; 2 Corintios 1:3).
Consuelo para Israel
17 Jehová sigue consolando a su pueblo del siguiente modo: “¡Mira! He hecho de ti untrillo, un nuevo instrumento trillador que tiene dientes de dos filos. Pisotearás lasmontañas y las triturarás; y reducirás las colinas como a tamo. Las aventarás, y unviento mismo se las llevará, y un viento de tempestad mismo las impelerá endiferentes direcciones. Y  mismo estarás gozoso en Jehová. En el Santo de Israelte jactarás acerca de ti mismo” (Isaías 41:15, 16).
18 Israel recibirá fuerzas para tomar la ofensiva y, en sentido espiritual, subyugar a sus adversarios, que son comparables a montañas. Cuando Israel regrese del exilio, triunfará sobre los enemigos que intenten impedir la reconstrucción del templo y los muros de Jerusalén (Esdras 6:12; Nehemías 6:16). No obstante, las palabras de Jehová se cumplirán a gran escala en “el Israel de Dios” (Gálatas 6:16). Jesús promete a los cristianos ungidos: “Al que venza y observe mis hechos hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones, y pastoreará a la gente con vara de hierro, de modo que serán hechos pedazos como vasos de barro, como lo que he recibido de mi Padre” (Revelación 2:26, 27). Llegará sin falta el día en el que los hermanos de Cristo glorificados en el cielo tras su resurrección participarán en la destrucción de los enemigos de Jehová Dios (2 Tesalonicenses 1:7, 8; Revelación 20:4, 6).
19 Jehová reafirma ahora con lenguaje figurado su promesa de socorrer a su pueblo. Isaías escribe: “Los afligidos y los pobres andan buscando agua, pero no la hay. Acausa de la sed su lengua misma se ha secado. Yo mismo, Jehová, les responderé.Yo, el Dios de Israel, no los dejaré. Sobre colinas peladas abriré ríos; y en medio delas llanuras-valles, manantiales. Convertiré el desierto en estanque de agua lleno decañas; y la tierra árida, en fuentes de agua. En el desierto pondré el cedro, la acaciay el mirto y el árbol oleífero. En la llanura desértica colocaré el enebro, el fresno y elciprés al mismo tiempo; a fin de que la gente vea y sepa y preste atención y tengaperspicacia al mismo tiempo, que la mismísima mano de Jehová ha hecho esto, y elSanto de Israel lo ha creado él mismo” (Isaías 41:17-20).
20 Aunque los israelitas desterrados viven en la capital de una potencia mundial próspera, para ellos es como un yermo. Se sienten como David cuando se escondía del rey Saúl. En el año 537 a.E.C., Jehová les abre el camino para que regresen a Judá y reconstruyan Su templo, que está en Jerusalén, restaurando así la adoración pura. Jehová, a su vez, los bendice. Isaías anuncia en una profecía posterior: “Jehová ciertamente consolará a Sión. De seguro consolará todos sus lugares devastados, y hará que su desierto sea como Edén, y su llanura desértica como el jardín de Jehová” (Isaías 51:3). Esto sucede, efectivamente, cuando los judíos regresan a su tierra natal.
21 Algo parecido ocurrió en tiempos modernos cuando el Ciro Mayor, Jesucristo, liberó a sus discípulos ungidos del cautiverio espiritual para que restauraran la adoración pura. Los que se habían mantenido fieles fueron bendecidos con un rico paraíso espiritual, un jardín de Edén en sentido figurado (Isaías 11:6-9; 35:1-7). En breve Dios destruirá a sus enemigos, y toda la Tierra se transformará en un paraíso físico, tal como prometió Jesús al malhechor que estaba colgado de un madero (Lucas 23:43).


Desafío a los enemigos de Israel


22 Jehová reanuda ahora el pleito con las naciones y sus ídolos: “Presenten ustedes sucausa polémica —dice Jehová—. Produzcan sus argumentos —dice el Rey deJacob—. Produzcan e infórmennos las cosas que van a suceder. Las primerascosas —lo que fueron— de veras informen, para que apliquemos nuestro corazón ysepamos el futuro de ellas. O hágannos oír hasta las cosas que vienen. Informenacerca de las cosas que han de venir después, para que sepamos que ustedes sondioses. Sí, ustedes deben hacer lo bueno o hacer lo malo, para que miremos portodos lados y lo veamos al mismo tiempo. ¡Miren! Ustedes son algo inexistente, ysu logro nada es. Cosa detestable es cualquiera que los escoge a ustedes” (Isaías41:21-24). ¿Son los dioses de las naciones capaces de profetizar con exactitud y así demostrar que tienen conocimiento sobrenatural? Si lo fueran, se verían resultados, buenos o malos, que respaldaran sus afirmaciones. Pero la realidad es que los ídolos no pueden lograr nada; en la práctica, es como si no existieran.
23 En nuestros días, algunos tal vez se pregunten por qué Jehová, por medio de Isaías y los demás profetas, condenó en tantas ocasiones la insensatez de la idolatría. La inutilidad de los ídolos fabricados por el hombre pudiera parecer obvia a muchas personas de la actualidad. Sin embargo, cuando un conjunto de creencias falsas goza de amplia aceptación, es difícil desarraigarlo de la mente de sus adeptos. Numerosas creencias contemporáneas son tan ilógicas como la idea de que las imágenes sin vida sean realmente dioses. Pero la gente se aferra a ellas, haciendo caso omiso de los argumentos convincentes que las refutan. Solo después de escuchar la verdad una y otra vez, algunos terminan dándose cuenta de que lo más sensato es confiar en Jehová.
24 Ahora Jehová vuelve a referirse a Ciro: “He suscitado a alguien desde el norte, yvendrá. Desde el nacimiento del sol invocará mi nombre. Y vendrá sobre losgobernantes diputados como si fueran barro y tal como un alfarero que huella elmaterial húmedo” (Isaías 41:25).* En contraste con los dioses de las naciones, Jehová sí actúa. Cuando traiga a Ciro desde “el nacimiento del sol”, el oriente, demostrará que es capaz de predecir el futuro y luego intervenir para que se cumpla su predicción.
25 Estas palabras nos recuerdan la descripción profética del apóstol Juan de ciertos reyes que entrarían en acción en nuestra época. En Revelación 16:12 leemos que se preparará el camino “para los reyes procedentes del nacimiento del sol”. Tales monarcas son nada menos que Jehová y Jesucristo. Al igual que Ciro liberó al pueblo de Dios en el pasado, estos reyes, que son mucho más poderosos, aniquilarán a Sus enemigos y conducirán a Su pueblo a través de la gran tribulación para introducirlo en un nuevo mundo de justicia (Salmo 2:8, 9; 2 Pedro 3:13; Revelación 7:14-17).


Jehová es el Supremo


26 Jehová proclama una vez más la verdad de que él es el único Dios verdadero. Pregunta: “¿Quién ha informado cosa alguna desde el comienzo, para que sepamos,o desde tiempos pasados, para que digamos: ‘Tiene razón’? Realmente no haynadie que informe. Realmente no hay nadie que haga a uno oír. Realmente no haynadie que oiga dicho alguno de ustedes” (Isaías 41:26). Ningún ídolo ha anunciado la venida de un conquistador que liberará a los que confían en él. Tales imágenes son inertes, mudas. No son verdaderos dioses.
27 Después de dar a conocer estas impresionantes palabras de Jehová, Isaías subraya una verdad vital: “Hay un primero, que dice a Sión: ‘¡Mira! ¡Aquí están!’, y a Jerusaléndaré un portador de buenas nuevas. Y seguí viendo, y no hubo ningún hombre; y deentre estos no hubo nadie tampoco que diera consejo. Y seguí preguntándoles,para que dieran una respuesta. ¡Mira! Todos ellos son algo inexistente. Sus obrasnada son. Sus imágenes fundidas son viento e irrealidad” (Isaías 41:27-29).

28 Jehová es el primero, el Supremo. Es el Dios verdadero, el que anuncia buenas nuevas de liberación a su pueblo. Y sus Testigos son los únicos que proclaman Su grandeza a las naciones. Jehová denuncia con desdén a los que confían en la idolatría y desprecia sus ídolos por ser “viento e irrealidad”. ¡Qué razón más poderosa para aferrarse al Dios verdadero! Solo Jehová se merece nuestra confianza.




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