jueves, 9 de octubre de 2014

La Profecia

La Profecía



Oseas 4:  12 Mi pueblo consulta a su madero, y su palo le adoctrina, porque un espíritu de prostitución le extravía, y se prostituyen sacudiéndose de su Dios. 13 En las cimas de los montes sacrifican, en las colinas queman incienso, bajo la encina, el chopo o el terebinto, ¡porque es buena su sombra!



¿Qué es la profecía?
Muchas son las personas que creen que la profecía es adivinación. Llegan al colmo de la ignorancia al confundirla con brujería o hechicerías. Nada más alejado de la realidad.

La profecía que viene del cielo es anuncio, advertencia, amonestación y consejo divino. La Palabra de Dios no es vana. El profeta mismo lo dice: "...No volverá vacía y hará lo que tiene que hacer". Esto es muy importante, porque toda Palabra que sale de la boca de Dios es un consejo veraz y no hay que hacer oídos sordos.

Lo primero que hace el profeta de Dios es establecer una verdad: "No tendrás dioses ajenos delante de mí", dice Dios en el libro de las peregrinaciones. Y esta verdad es una constante en toda la sagrada escritura. Dios es un Dios celoso y no le gusta compartir su gloria. La idolatría fue cruelmente castigada por Dios. Baste recordar lo que sucedió a aquellos que no escucharon la voz de Dios y se aventuraron a construir la Torre de Babel, o el becerro de  oro, o a codiciar lo prohibido como Acán, destruido él y toda su fanilia. Dice la Palabra en el libro de Josué:

7:24 Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor. 
7:25 Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos. 

Los antecedentes son claros: "No codiciarás los bienes ajenos..." Ese fue el error de Acán. La pregunta que debemos hacernos hoy es: ¿Nos estamos comportando como Acán, desoyendo la profecía de Dios?

Si observamos bien, Dios había establecido una verdad cuando dio al pueblo israelita los diez mandamientos, y luego de ello, es decir de establecer esas verdades, entonces vino el juicio. Por tanto, la segunda parte de la profecía es el juicio, el castigo.

19:17 Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.

¿Pero qué hizo la mujer de Lot? Desobedecer...

19:26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.

Muchos desoímos el consejo y luego viene el castigo.

En conclusión: la Palabra es profecía y establece una verdad, y si nosotros no escuchamos y ponemos en práctica esa verdad, entonces viene el castigo divino.

Hay una profecía para cada necesidad:

1- La Profecía Para la Salud

2- La Profecía Para el Amor

3- La Profecía Para el Dinero.



Misión Profética Internacional (MPI)










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